El primer y, a menudo, significativo factor de costo es el propio material en bruto. Las cerámicas técnicas avanzadas, como la circonia y la alúmina, son inherentemente costosas de fabricar debido a los polvos de alta pureza y los complejos procesos de sinterización requeridos. Además, estos materiales suelen suministrarse en bloques o formas pre-sinterizadas que requieren un preciso mecanizado para lograr la geometría inicial deseada antes del mecanizado final, lo que añade costos de preprocesamiento. La dureza y la resistencia al desgaste que hacen valiosas a las cerámicas también las vuelven exigentes con las herramientas, lo que impacta directamente en la economía del proyecto.
El tiempo de mecanizado es una función directa de la complejidad de la pieza y de la facilidad para eliminar material. Las cerámicas no pueden mecanizarse tan agresivamente como los metales; requieren menores avances y profundidades de corte para evitar astillado y agrietamiento. En consecuencia, incluso las geometrías simples requieren más tiempo de producción. Las características complejas, como paredes delgadas, orificios profundos o contornos intrincados, incrementan exponencialmente el tiempo de mecanizado. La producción de tales características suele requerir el uso de servicios avanzados de mecanizado multieje para minimizar los montajes y servicios especializados de rectificado CNC con herramientas impregnadas de diamante, ambos procesos de alto costo.
La extrema dureza de las cerámicas provoca un rápido desgaste de las herramientas. Las muelas de rectificado recubiertas de diamante y las herramientas de corte PCD (Diamante Policristalino) son obligatorias; sin embargo, su alto costo y su vida útil limitada son factores importantes de incremento de costos. Este proceso de mecanizado también requiere máquinas herramienta rígidas y de alta precisión para mantener la exactitud y evitar vibraciones que puedan fracturar la pieza. El uso de métodos no tradicionales, como la electroerosión por descarga eléctrica (EDM), para ciertas cerámicas conductoras introduce costos asociados con equipos especializados y la fabricación de electrodos.
Las especificaciones más estrictas aumentan directamente el costo. Mantener tolerancias a nivel micrón en piezas cerámicas requiere ciclos de mecanizado más lentos y meticulosos, así como una inspección sofisticada durante el proceso. De igual modo, los requisitos específicos de acabado superficial, como un pulido tipo espejo para reducir la fricción o un acabado mate por motivos estéticos, requieren pasos adicionales de posprocesamiento. Técnicas como el servicio de pulido de piezas CNC o el proceso de granallado para componentes CNC requieren tiempo, mano de obra y experiencia adicionales, añadiendo así capas de costo a la operación de mecanizado base.
La naturaleza frágil de las cerámicas convierte el control de calidad en una preocupación primordial. La inspección exhaustiva mediante máquinas de medición por coordenadas (CMM) y otras herramientas de metrología es esencial para verificar la integridad dimensional y detectar microgrietas. Este nivel de control propio de la prototipación de mecanizado CNC representa un costo fijo. Además, los componentes destinados a sectores exigentes como Dispositivos Médicos y Aeroespacial y Aviación suelen requerir documentación completa y trazabilidad, lo que añade una carga administrativa y de pruebas al costo total del proyecto.