Desde la perspectiva de la ingeniería de fabricación y la metalurgia, la cuestión del tratamiento térmico posterior al prensado isostático en caliente (HIP) es fundamental. La respuesta es un rotundo sí, a menudo se requiere un tratamiento térmico posterior. Aunque el proceso HIP implica altas temperaturas, su objetivo principal es geométrico: eliminar vacíos internos y lograr la densificación. Normalmente, no genera la microestructura específica necesaria para obtener las propiedades mecánicas óptimas del componente final. Por lo tanto, el tratamiento térmico posterior al HIP es un paso esencial para “ajustar” el estado metalúrgico final, ya sea una condición de solución-recocido, un estado envejecido por endurecimiento por precipitación o un templado específico.
Es crucial entender que el HIP y el tratamiento térmico final cumplen funciones separadas y no intercambiables:
HIP (Consolidación y Homogeneización): Opera a alta temperatura y presión isostática para colapsar la porosidad interna mediante fluencia y difusión. Esto mejora significativamente la ductilidad, la vida a fatiga y la tenacidad a la fractura al crear una estructura homogénea y libre de defectos. Es especialmente vital para componentes de industrias de alta integridad como la aeronáutica y aviación y los dispositivos médicos.
Tratamiento Térmico Posterior al HIP (Ingeniería Microestructural): Es un ciclo térmico cuidadosamente controlado realizado después del HIP, generalmente a presión atmosférica, diseñado para desarrollar las propiedades mecánicas finales. Este proceso incluye operaciones como el recocido de disolución, el temple y el envejecimiento para precipitar fases de refuerzo, controlar el tamaño de grano y aliviar las tensiones térmicas generadas durante el ciclo HIP.
La necesidad y el tipo de tratamiento térmico posterior al HIP dependen completamente del sistema de aleación:
Superaleaciones Endurecibles por Precipitación (por ejemplo, Inconel 718, Ti-6Al-4V): Este es el caso más común. El ciclo HIP suele dejar la aleación en una condición de disolución o sobreenvejecida. Es obligatorio realizar un tratamiento de envejecimiento posterior al HIP para precipitar las fases de refuerzo gamma-prima/gamma-doble-prima (en Inconel) o alfa-beta (en titanio) con el fin de alcanzar la alta resistencia y resistencia a la fluencia características de estas aleaciones. Por ejemplo, una pieza de Inconel 718 sería inútil para un componente de motor a reacción sin el ciclo de envejecimiento adecuado después del HIP.
Aceros Inoxidables Martensíticos (por ejemplo, 17-4PH, 420): En estos materiales, el proceso HIP generalmente austenitiza el acero. Es absolutamente esencial una secuencia de tratamiento térmico posterior al HIP que incluya el temple para formar martensita, seguido del revenido (envejecimiento), con el fin de desarrollar alta resistencia y dureza. Sin este paso, la pieza sería blanda y presentaría propiedades mecánicas deficientes.
Otras Aleaciones (por ejemplo, Aluminio, Aceros para Herramientas): Se aplican principios similares. Una fundición de Aluminio 7075 que haya pasado por HIP aún requiere un tratamiento térmico T6 o T7 (tratamiento de disolución y envejecimiento) para alcanzar su máxima resistencia.
Un flujo de trabajo de fabricación sólido para una pieza de alto rendimiento suele seguir esta secuencia:
Producción Casi Neta en Forma: mediante impresión 3D o moldeo rápido.
Prensado Isostático en Caliente (HIP): Para lograr densificación y eliminar defectos internos.
Tratamiento Térmico Posterior al HIP: Para establecer las propiedades mecánicas finales.
Mecanizado Final: Utilizando mecanizado de precisión para alcanzar dimensiones críticas y acabados superficiales. Este paso se realiza al final, ya que el tratamiento térmico puede causar pequeños cambios dimensionales.
Mejora Superficial (Opcional): Aplicación de acabados como la pasivación en aceros inoxidables o el anodizado en aluminio.
El HIP y el tratamiento térmico final son procesos complementarios, no competidores. El HIP garantiza la integridad estructural eliminando defectos, mientras que el tratamiento térmico posterior ajusta la microestructura para proporcionar la resistencia, dureza y tenacidad requeridas. Omitir el tratamiento térmico posterior al HIP resultará en un componente con propiedades mecánicas inferiores, haciéndolo inadecuado para aplicaciones exigentes a pesar de su integridad interna. Los parámetros específicos del tratamiento térmico deben desarrollarse en conjunto con el ciclo HIP para formar un proceso de fabricación cohesivo y calificado.