El electropulido es un proceso electroquímico especializado que elimina selectivamente material superficial para nivelar los micro-picos y valles, generando un acabado liso y con aspecto de espejo. En el caso del titanio, la rugosidad promedio aritmética (Ra) típica alcanzable mediante electropulido generalmente se encuentra en el rango de 0.1 a 0.4 micrómetros (µm), o 4 a 16 microinches (µin). Sin embargo, lograr el extremo inferior de este rango depende en gran medida del estado inicial de la superficie y del control preciso de los parámetros del proceso de electropulido.
La rugosidad inicial es el factor más crítico. El electropulido es un proceso de acabado, no correctivo; normalmente mejora la rugosidad superficial aproximadamente en un 50%. Por lo tanto, una pieza con un acabado “tal como mecanizado” de Ra 0.8 µm puede refinarse a alrededor de Ra 0.4 µm, mientras que una pieza previamente pre-acabada por rectificado o fresado fino con Ra 0.4 µm puede alcanzar un excelente Ra de 0.1–0.2 µm después del electropulido. Por esta razón, el proceso suele ser el paso final para componentes de precisión fabricados mediante nuestro servicio de mecanizado CNC de titanio.
La capa de óxido pasiva del titanio y su comportamiento electroquímico hacen que sea más difícil de electropulir que el acero inoxidable. El proceso requiere electrolitos especializados —a menudo con formulaciones patentadas— y un control estricto de parámetros como la temperatura, la densidad de corriente y el tiempo de inmersión. Las desviaciones pueden provocar picaduras, textura de “piel de naranja” o grabado desigual, afectando negativamente el valor final de Ra. La experiencia del proveedor en electropulido de piezas de precisión es fundamental para obtener resultados consistentes.
Aunque el Ra es una métrica clave, el valor del electropulido en titanio —especialmente en industrias críticas como dispositivos médicos y aeroespacial y aviación— va mucho más allá de la simple suavidad:
Eliminación de Rebabas y Formación de Radios: El proceso elimina de manera eficaz las rebabas microscópicas y bordes afilados, creando pequeños radios que reducen la concentración de esfuerzos y mejoran la vida útil a fatiga.
Reducción Microbiana: La superficie ultrasuave y no porosa minimiza las zonas donde las bacterias pueden adherirse, lo que la hace ideal para instrumentos quirúrgicos e implantes.
Mayor Resistencia a la Corrosión: El proceso limpia y pasiva simultáneamente la superficie, fortaleciendo la capa protectora de óxido de titanio.
Es importante contrastar el electropulido con el pulido mecánico. Aunque el pulido manual puede alcanzar un Ra similar o incluso menor, puede embadurnar la superficie, incrustar contaminantes y dejar líneas direccionales que actúan como concentradores de esfuerzo. El electropulido, en cambio, produce un acabado isotrópico que sigue los contornos de la pieza y es uniforme incluso en geometrías complejas, incluyendo pasajes internos inaccesibles a los métodos mecánicos. Para un acabado de alto rendimiento y biocompatible que complemente el trabajo de nuestro servicio de mecanizado de precisión, el electropulido suele ser la opción técnica superior.
En la práctica, un proceso de electropulido bien ejecutado sobre un componente de titanio adecuadamente pre-acabado debería alcanzar de manera confiable un Ra de 0.2 – 0.3 µm (8 – 12 µin). Especificar un acabado más estricto que Ra 0.1 µm requiere una superficie inicial excepcional y debe discutirse en detalle con el proveedor de acabado para garantizar su viabilidad y rentabilidad.