El tratamiento superficial es una etapa esencial incorporada directamente en el flujo de trabajo general del proceso de mecanizado CNC. Después de las operaciones de mecanizado de precisión, como el fresado CNC, el torneado CNC o el mecanizado multieje, todos los componentes se someten a inspección de calidad antes de iniciar el acabado superficial. El objetivo es garantizar que ninguna inexactitud dimensional afecte la adhesión posterior del recubrimiento. Para los prototipos fabricados bajo prototipado de mecanizado CNC, la validación del tratamiento superficial suele incluirse desde las primeras fases de desarrollo para verificar los resultados visuales y funcionales.
Cada material requiere una secuencia de acabado personalizada. Por ejemplo, los componentes de Aluminio 6061-T6 suelen someterse a tratamiento de anodizado para mejorar su resistencia a la corrosión y dureza superficial. Los aceros inoxidables como SUS304 o SUS316L se benefician de la pasivación para eliminar el hierro libre y mantener superficies limpias protegidas por óxido. En el caso de piezas resistentes al calor fabricadas en Inconel 718 o aleaciones de titanio, como el Ti-6Al-4V, los tratamientos térmicos posteriores al mecanizado estabilizan la microestructura antes de aplicar recubrimientos como los recubrimientos de barrera térmica (TBC).
Para mantener la eficiencia, las etapas de acabado se planifican de forma simultánea con los cronogramas de mecanizado. Después de la preparación superficial (limpieza, desengrase y enmascarado), se aplican recubrimientos como recubrimientos PVD o pintura en polvo. Las pruebas posteriores al proceso verifican el espesor, la adhesión y la uniformidad del brillo antes de la inspección final. Para las superficies funcionales, operaciones como el electropulido o el pulido y desbarbado por vibración se integran entre las etapas de mecanizado y recubrimiento para garantizar suavidad y precisión dimensional.
Diferentes industrias aplican tratamientos superficiales para cumplir objetivos de rendimiento específicos. En el sector de aeroespacial y aviación, los recubrimientos como el anodizado o el TBC garantizan durabilidad bajo estrés térmico y oxidativo extremo. El sector de automoción utiliza pintura en polvo y galvanoplastia para mejorar la resistencia al desgaste y la protección contra la corrosión. Para los dispositivos médicos, el electropulido y la pasivación proporcionan superficies estériles y biocompatibles esenciales para componentes implantables y quirúrgicos. La integración de las etapas de mecanizado y acabado garantiza plazos de entrega más cortos, calidad estable y un rendimiento repetible en todos estos sectores.