Desde la perspectiva de la garantía de calidad y la ingeniería, verificar la efectividad del prensado isostático en caliente (HIP) requiere una estrategia de validación multifacética que confirme tanto la eliminación de defectos internos como la obtención de las propiedades del material deseadas. Esto no se verifica mediante una sola prueba, sino a través de una combinación de técnicas de evaluación destructiva y no destructiva (END), junto con un riguroso control del proceso.
El objetivo principal del HIP es eliminar la porosidad interna. Esto se confirma de manera más directa mediante:
Análisis Metalográfico (Destructivo): Es el estándar de referencia para el análisis. Seccionando cupones testigo o piezas de producción sacrificadas, se pulen y examinan bajo un microscopio. Un tratamiento HIP exitoso se evidencia por una microestructura completamente densa, sin restos de porosidad de contracción, poros gaseosos o partículas de polvo no unidas (en el caso de piezas DMLS). Este análisis mide cuantitativamente la fracción de volumen de poros y la distribución del tamaño de poro antes y después del HIP.
Evaluación No Destructiva Avanzada (END):
Ensayo Ultrasónico (UT): Eficaz para detectar defectos internos en una amplia variedad de componentes, desde grandes fundiciones de equipos industriales hasta geometrías complejas. Una reducción significativa del ruido de señal y la ausencia de ecos provenientes de vacíos internos confirman la densificación.
Tomografía Computarizada (CT) por Rayos X: Proporciona un “mapa volumétrico” tridimensional de la pieza, permitiendo la visualización y cuantificación directa de la porosidad interna. Es ideal para componentes complejos y de alto valor, especialmente los utilizados en aeronáutica y dispositivos médicos, ya que puede detectar poros de tan solo unos pocos micrones de tamaño.
Dado que el propósito último del HIP es mejorar el rendimiento, la verificación debe incluir ensayos mecánicos. Normalmente, se realizan sobre probetas testigo procesadas por separado que han pasado por el mismo ciclo de HIP y posterior tratamiento térmico.
Mejora de la Ductilidad y la Tenacidad: Un tratamiento HIP exitoso generalmente produce un aumento notable en la elongación y la reducción de área en un ensayo de tracción, así como una mayor tenacidad al impacto (por ejemplo, Charpy V-Notch). Esto se debe a que los poros actúan como concentradores de tensión y sitios de iniciación de fractura frágil; su eliminación permite que el material se deforme de manera más plástica.
Mejor Desempeño a Fatiga: Este es uno de los beneficios más críticos del HIP. Los ensayos de fatiga, tanto de alto número de ciclos (HCF) como de bajo número de ciclos (LCF), muestran un aumento significativo en la vida a fatiga y en el límite de resistencia. Los poros internos son iniciadores potentes de grietas por fatiga, y su eliminación se traduce directamente en componentes más duraderos y confiables.
Consistencia en la Resistencia a la Tracción: Aunque la resistencia última y el límite elástico están más influenciados por el tratamiento térmico final, el HIP garantiza que estas propiedades sean consistentes y no se vean comprometidas por fallas prematuras derivadas de defectos internos.
La efectividad también se garantiza controlando el propio proceso, no solo inspeccionando el resultado:
Ciclos HIP Certificados: Uso de parámetros HIP validados y específicos para cada material (temperatura, presión, tiempo), conocidos por lograr la densificación completa de una aleación determinada, como Ti-6Al-4V o Inconel 718.
Mapeo de Termopares y Registro de Datos: Verificación de que toda la carga, incluidas las piezas y las muestras testigo, alcanzó y mantuvo la temperatura y presión objetivo durante la duración especificada. Este es un requisito fundamental en industrias auditadas.
En la producción, una estrategia de verificación sólida se estructura por niveles:
Validación de la Primera Pieza (First Article): Un análisis integral que utiliza todos los métodos mencionados (escaneo CT, metalografía, ensayos mecánicos) en las primeras piezas producidas para calificar toda la ruta de fabricación, incluido el HIP.
Verificación por Lotes: Para lotes de producción posteriores, la efectividad del HIP se verifica procesando barras de prueba testigo junto con las piezas en cada ciclo HIP. Estas probetas se someten luego a ensayos mecánicos (tracción, impacto) para aportar evidencia estadística de que el ciclo fue efectivo.
Muestreo No Destructivo: Los componentes críticos pueden someterse al 100% a inspección ultrasónica o tomografía, mientras que las piezas menos críticas pueden inspeccionarse mediante muestreo.
La efectividad del HIP no se determina mediante una sola métrica, sino que se verifica de manera concluyente por una convergencia de evidencias: la ausencia de defectos internos demostrada por metalografía y END, junto con una mejora demostrable en las propiedades mecánicas clave —especialmente la ductilidad y la vida a fatiga— mediante ensayos normalizados en probetas testigo. Este enfoque basado en datos, respaldado por un estricto control del proceso, es esencial para certificar componentes destinados a aplicaciones críticas.