Controlar la deformación en piezas de superaleaciones de pared delgada durante el mecanizado es uno de los desafíos más exigentes en la fabricación de precisión. Los componentes fabricados con materiales como Inconel 718 u otras aleaciones a base de níquel poseen una alta resistencia a temperaturas elevadas, pero son notoriamente difíciles de mecanizar debido a las tensiones residuales, las fuerzas de corte intensas y la generación significativa de calor. En las secciones delgadas, estos factores pueden inducir fácilmente distorsión, provocando que las piezas queden fuera de tolerancia. El éxito depende de una estrategia holística que abarque la planificación previa al proceso, las técnicas en proceso y la estabilización posterior al mecanizado.
La deformación surge de tres fuentes principales: Redistribución de Tensión Residual (las tensiones internas del material o de procesos previos se reequilibran una vez que se elimina material), Tensión Térmica (el calor localizado del mecanizado causa expansión y contracción desiguales) y Tensión Mecánica (las fuerzas de corte y la presión de sujeción desvían la pieza de baja rigidez). En las superaleaciones, la combinación de altas fuerzas de corte, baja conductividad térmica que atrapa el calor en el corte y tensiones residuales inherentes en el bloque hace que este problema sea especialmente crítico.
Certificación del Material y Alivio de Tensión Antes del Mecanizado: El primer paso es obtener material con un estado de tensión conocido y consistente. Para componentes críticos, debe realizarse un ciclo completo de tratamiento térmico para mecanizado CNC, específicamente un recocido de alivio de tensiones, en el material en bruto antes de comenzar el mecanizado significativo. Esto homogeneiza las tensiones internas, creando un punto de partida más estable.
Diseño Estratégico de Fijaciones: El sistema de sujeción debe soportar la pieza de manera uniforme y minimizar las fuerzas de apriete localizadas que puedan causar distorsión inicial. Las fijaciones personalizadas que se ajustan a la geometría de la pieza, los platos de vacío para áreas planas grandes o las aleaciones fusibles de bajo punto de fusión que encapsulan y soportan las paredes delgadas son altamente efectivas. El objetivo es maximizar la estabilidad sin inducir nuevas tensiones.
Adopción de una Filosofía de Mecanizado en “Múltiples Etapas”: En lugar de mecanizar las características hasta sus dimensiones finales en una sola configuración, es esencial un enfoque en múltiples etapas. Las operaciones iniciales de desbaste (fresado CNC, torneado CNC) deben dejar un margen de material uniforme (por ejemplo, 1–2 mm). Luego, la pieza se desacopla y se realiza un alivio de tensión secundario para permitir que las tensiones redistribuidas durante el desbaste se relajen. Finalmente, la pieza se vuelve a montar para operaciones de semiacabado y acabado, eliminando el material restante en incrementos pequeños y consistentes.
Optimización de Trayectorias para Compromiso Constante: El software CAM moderno es indispensable. El uso de trayectorias de fresado trocoidales o dinámicas garantiza un ángulo de compromiso constante y una baja profundidad radial de corte. Esto minimiza las variaciones en las fuerzas de corte y la generación de calor, evitando el efecto de “empuje-tiro” que dobla las paredes delgadas. Para el acabado, el servicio de mecanizado multieje permite que la herramienta mantenga un contacto óptimo, utilizando el lateral de la fresa en lugar del extremo para reducir la fuerza axial y la deflexión.
Gestión Térmica Agresiva: La baja conductividad térmica de las superaleaciones requiere la eliminación activa del calor. El uso de refrigerante de alta presión a través de la herramienta es esencial. No solo enfría la zona de corte, sino que también rompe las virutas y las elimina, evitando el recorte que genera calor excesivo. En algunos casos, el aire comprimido o la lubricación mínima (MQL) con aceites especiales pueden ser más eficaces para controlar la temperatura que el refrigerante convencional, dependiendo de la operación.
Selección de Herramientas y Parámetros: Utilice herramientas afiladas con geometría positiva, fabricadas con carburo de grano submicrométrico y recubrimientos avanzados de PVD para reducir las fuerzas de corte y el calor. Emplee altas velocidades de husillo con bajas tasas de avance y cortes ligeros para el acabado. Esta estrategia de “mecanizado a alta velocidad” produce virutas delgadas que disipan la mayor parte del calor.
Mecanizado Simétrico: Siempre que sea posible, mecanice los lados opuestos de una pared delgada de manera secuencial en la misma configuración. Esto equilibra las tensiones inducidas, ayudando a mantener la pieza estable y recta.
Alivio Final de Tensiones: Una vez completado el mecanizado, puede realizarse un alivio de tensión final para minimizar las tensiones residuales restantes, estabilizando la pieza para su vida útil, especialmente en aplicaciones de alta temperatura en la industria aeroespacial y de aviación.
Metrología sin Contacto: Finalmente, inspeccione las piezas utilizando sistemas ópticos o de escaneo láser. Las sondas de contacto en una MMC pueden desviar las características delgadas, lo que provoca mediciones inexactas de la misma distorsión que se busca controlar.
No existe una única solución para controlar la deformación en superaleaciones de paredes delgadas. Es una batalla que se gana mediante una estrategia disciplinada e integrada que gestiona las tensiones y el calor en cada etapa. Al combinar tratamientos térmicos estratégicos, fijaciones inteligentes, mecanizado en múltiples etapas, trayectorias optimizadas y refrigeración agresiva, es posible producir componentes delgados, estables, precisos y de alta integridad incluso con las superaleaciones más desafiantes.